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Donde hablo de Milanés y el machete aguerrido, Jim Jones, el “Síndrome Candle in the Wind”, la final de la NBA y el final de López Calleja.

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Pablo Milanés. En las redes la gente proclama su amor por el cantante. Hace treinta años salí de Cuba y nunca he regresado. Tal vez por eso me sorprende tanta pasión. Sé que Milanés ha hecho algunas declaraciones críticas contra el régimen, pero de eso a verlo como un abanderado de la oposición en Cuba…

Cuando salió la noticia del concierto preparaba una nota titulada Las diez canciones más infames del castrismo. Hasta el último momento la imprescindible Marcha del pueblo combatiente, himno represor de corte estalinista, y la violenta Fusil contra fusil, que al cabo de los años parece un encargo de la NRA (National Rifle Association), le disputaron el primer lugar a Cuando te encontré. Canto sublime inspirado en la Biblia, en los mambises y en los discursos de Castro, el tema de PM terminó imponiéndose.

Lo curioso es que Cuando te encontré, a pesar de sus pretensiones poéticas, es una canción-truco (acabo de inventar el término). Es algo raro porque las canciones-truco suelen ser interpretadas por orquestas populares y tienen un tono costumbrista, pícaro y callejero. La charanguera María Teresa y Danilo, de Hansel y Raúl, es el prototipo de la canción-truco o canción-bola escondida: solo hasta el final, como en algunas telenovelas, descubrimos la identidad de los protagonistas de la canción.

Uno empieza a escuchar Cuando te encontré e imagina que Milanés le está cantando a la mujer más hermosa del planeta, un ser mágico de cuyo encuentro nace un mundo edénico donde ni las alas ni las nubes ni el cielo conocen su función: ¡Puro Génesis 1:1-2! Pero aquello comienza complicarse, se va “desbordando”, hasta que de repente, más o menos hacia la penúltima estrofa, alguien saca un machete. No estamos hablando de un machete cualquiera, digamos un Collins o un Corona, sino de un “machete aguerrido”. Y así, de palo pa’ rumba, de ahora pa’ ahorita, de pronto estamos metidos en un Apocalipsis donde los héroes regresan del más allá a reclamar, a defender o exigir algo. Y ese es el momento en que “Pablito”, transformado en un Jim Jones de la Nueva Trova –recuerdan a Jim Jones, el de Guyana?– nos sugiere, nos invita, nos conmina a que nos hundamos en el mar. Por esa época Milanés también pronunció, muy heteropatriarcal él, una de las expresiones más tiernas en la historia del régimen: “Lo que más admiro de Fidel son sus cojones”.

El día antes del concierto leo varios comentarios donde los fans del cantante proponen la eltonjohnización de uno de sus temas clásicos. Ojalá cante Yo pisaré las calles nuevamente”, escribe alguien, pensando tal vez en las avenidas ensangrentadas del Santiago de Cuba y La Habana del 11 de julio del año pasado, aunque claramente esa canción está dedicada al golpe de estado que derrocó a Salvador Allende en 1971. A esto lo podríamos llamar el “Síndrome Candel in the wind de última hora”. Este síndrome (Elton John es el caso más notable), lo padecen algunos compositores que ante la urgencia de tener que componer una canción por encargo, una canción con un mensaje especial, deciden reciclar un viejo tema y transferir su significado a la nueva ocasión. En el caso de Milanés lo curioso es que son sus fans quienes piden convertir a Santiago de Chile (Marilyn Monroe) en La Habana (Lady D), lo cual es comprensible si tomamos en cuenta que las únicas calles ensangrentadas que parecen conmover al cantante son las de la capital chilena. Yo creo que lo más razonable hubiera sido pedirle que interpretara algo menos Cono Sur, algo con un filin centroamericano, como Canción urgente para Nicaragua, donde la transferencia asociada al síndrome es mínima. Solo tendría que cambiar la palabra “canción” por “visa” y tendría su título más profético.

Termina el concierto y veo una foto que circula en las redes sociales: en primer plano se ve el tabloncillo de la Ciudad Deportiva, y a lo lejos, muy pequeñitos, como si hubieran sido desterrados de su propio recital, como si estuvieran ahí para hacerles un examen de la vista a los asistentes –¿Cuántos músicos ves ahora? ¿Tres? ¿Y ahora?–, a Milanés y sus acompañantes. Hace poco terminaron las finales de la NBA (National Basketball Association) y la foto me recuerda al Chase Center y el TD Garden minutos antes de que los Warriors y los Celtics se enfrenten. Todo resulta tan extraño.

P. D. Hablando de callejas ensangrentadas y sucesos extraños, cuando termino de escribir esta nota, contra todo pronóstico, se reporta la noticia de la muerte del exyerno de Raúl Castro. Dicen que era, al momento de hundirse en el mar, el hombre más poderoso de la isla.

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