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迪亞茲‧卡內爾,新加坡 o los destinos americanos del Padre Varela

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Una familia cubana de Miami pasea por el Barrio Chino de New York. Al pasar frente a la Iglesia de la Trasfiguración vive un momento de regocijo patriótico: colgando del muro del templo, un cartel les informa a los paseantes que la iglesia fue fundada en 1836 por el presbítero Félix Varela. El clérigo fue el primer intelectual criollo en oponerse al gobierno colonial español y se le conoce en la isla como “el hombre que enseñó a pensar a los cubanos”. En La Gran Manzana el Padre Varela realizó una importante labor caritativa a favor de los inmigrantes irlandeses.

Uno de los hijos de la familia se entera por Wikipedia que en el 2013 el cura fue declarado “venerable” por Benedicto XVI. El estatus de “venerable” es una de las etapas por las que debe pasar un Siervo de Dios en su proceso de canonización. Los miamenses contemplan deslumbrados el conjunto escultórico con que la Arquidiócesis de New York le rinde homenaje a uno de sus hijos más ilustres. Se trata de un Padre Nuestro formado por unos caracteres plateados que ascienden y se entrecruzan sin orden por un costado del edificio. En el centro de la sopa de letras, una estatuilla cobriza del presbítero lo muestra con los brazos abiertos, como si invitara a la muchedumbre (compradores de carteras Louis Vuitton falsas) a refugiarse entre las paredes del templo. En la actualidad la mayoría de los feligreses de la iglesia es de origen chino y las misas se ofrecen en mandarín y cantonés.

Al día siguiente la familia regresa a Miami. El tráfico para llegar a LaGuardia es espantoso, el vuelo se retrasa y la travesía aérea se hace eterna. En MIA no les va mucho mejor: una hora esperando las maletas, otra hora esperando un UBER y un embotellamiento de mil demonios para llegar a West Kendall. La madre de la familia se queja de dolores de cabeza y el padre se detiene en una farmacia a comparar Tylenol o Advil, uno de esos. Entonces, en un lugar tan inesperado y aséptico como una farmacia americana —Walgreens o CVS, una de esas— tiene lugar otro encuentro con el legado del Padre Varela en USA.

Colgando de un rack a la entrada de la farmacia, entre ositos de peluche, cargadores de IPhone, chocolates York y pastillas Tic Tac, una gorra de pelotero roba la atención del hombre. Con su color verde cotorra, es imposible que pase inadvertida a la vista de los clientes. Pero lo que verdaderamente llama su atención es lo que está escrito (bordado) en ésta: FELIX VARELA, VIPERS (FÉLIX VARELA, VÍBORAS).

Todo tiene una explicación: Felix Varela High School (los yumas omiten el acento en Félix) está a solo unas cuadras de la farmacia. La víbora es la mascota de la escuela, lo que en la tradición colegial americana convierte a la secundaria en “la casa de las víboras". También es común que los negocios en Estados Unidos —farmacias, supermercados, convenience stores— apoyen a los equipos deportivos de los colegios vecinos. Además de gorras, en el anaquel de la tienda también se venden camisetas y chaquetas Letterman con el nombre del prócer cubano y la mascota. El logotipo, que parece salido de un bestiario Manga, muestra la cabeza de una víbora con los ojos inyectados de sangre, fauces abiertas y colmillos en ristre.

El hombre compra las píldoras y al regresar al auto le cuenta a su familia lo que vio. Termina diciéndoles, con tono profesoral y cierta pedantería:

—Que la figura del Padre Varela sucumba al consumismo y se transmute en mercancía, nos da una idea de cuán azarosos pueden ser los efectos del transnacionalismo en USA.

Sus hijos lo miran como si estuviera hablando en mandarín.

P. D. Al terminar esta nota me entero de que, en su último viaje a Nueva York, Díaz Canel hizo una visita inesperada a la Iglesia de la Trasfiguración. Las fotografías lo muestran depositando flores ante un busto del Padre Varela. La imagen me provoca estas recomendaciones:

  1. Eso de que el Padre Varela “enseñó a pensar a los cubanos” constituye un mito nacionalista. Olvídenlo, compatriotas: el presbítero resultó ser muy mal educador.
  2. Felix Varela High School debería renunciar a su mascota, pues resulta bastante difícil asociar el nombre del presbítero con una integrante de la familia de las  Viperidaes. Reconocemos que fue un mal educador, pero no es para tanto.
  3. El estatus de “singao” es una de las etapas por las que debe pasar un Siervo de Castro en su proceso de canonización. Para alcanzar ese estatus hay que arrastrarse mucho, como las víboras. Wikipedia debería tomar nota.
  4. La Iglesia de la Transfiguración debería colocar la siguiente leyenda en una de sus paredes:迪亞茲‧卡內爾,新加坡. Según Google Translate, así es como se escribe en chino tradicional “¡Díaz Canel, singao!”. Curiosamente, siendo tan cubano, el epíteto tiene una innegable sonoridad asiática.

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